Enlaces - ¿Qué desafíos se encuentran para profundizar acciones en clave de educación inclusiva?

María Eugenia Rodino: CERESO

Los desafíos más grandes que tenemos en territorio tienen que ver con el trabajo comunitario de las instituciones, con pensar el centro educativo desde todas las dimensiones y a través de todos los actores que son parte: desde el vecino que está puerta por medio del centro educativo hasta el barrio en sí; en las instituciones que componen el entramado de cada territorio y, sin dudas, en el rol fundamental que cumplen las familias. La familia es un actor más dentro del proceso educativo que se desarrolla dentro de las instituciones. A su vez, es fundamental la participación, es decir, que los chicos puedan ser sus propios portavoces, que puedan tener voz y voto y se sientan implicados dentro del aprendizaje.

Todo tiene que ver con un trabajo colaborativo y comunitario a nivel de los docentes y de los equipos de gestión que hacen día a día al aprendizaje de los estudiantes, desde que llegan al centro educativo hasta que se encuentran puntualmente dentro del aula.

Lo que tenemos que tratar de potenciar es ese entramado y esa base conceptual de cuál es la educación que queremos, qué implica nombrar a la educación como inclusiva y desde qué lugar nos posicionamos para que sea posible que todos tengan un acceso pleno a la educación, puedan sostenerla, llegar a egresar y cumplir sus metas como estudiantes.


Beatriz Santiago: CeR

Creo que el principal desafío es lograr que los actores vean la diversidad como un valor y no como un obstáculo. También, conseguir que conozcan todas las herramientas que existen y en las que se pueden apoyar los docentes para lograr la verdadera inclusión. Para eso es fundamental la figura de los referentes en territorio, que hacen el nexo y están con la comunidad educativa, con las familias, apoyándose unos con otros.

Verónica Salomone: DIE

Los principales desafíos que desde el Departamento Integral del Estudiante consideramos tienen que ver con las barreras de aprendizaje y participación. Las barreras físicas, de accesibilidad en lo que respecta a los edificios. Otro gran desafío son las barreras actitudinales, es decir, las concepciones, cómo concebimos la educación inclusiva y cómo se trabaja en torno a ello.

Andrea Carlos: Comisión de Educación Sexual

Nosotras nos ocupamos mucho de situaciones de estudiantes que por algún motivo ven vulnerados sus derechos y que históricamente han tenido muchas barreras a la hora de acceder y permanecer en el sistema educativo. Por ejemplo, estudiantes con diversidad de sexo genéricas no heteroconformes, estudiantes que están cursando un embarazo, estudiantes padres y madres con hijos menores a su cargo, estudiantes que están pasando algún tipo de situación de violencia, ya sea en la casa o en la institución educativa.

El primer gran desafío es hacer visibles estas situaciones, desnaturalizarlas y trabajar mucho en esta desnaturalización con toda la comunidad educativa adulta, generar una sensibilización a nivel de los docentes y de la comunidad, desde el portero hasta las direcciones.

El gran desafío es tratar de deconstruir estos estereotipos que muchas veces no promueven contextos amigables en clave de educación inclusiva. Además, otros desafíos son la construcción de materiales, la investigación, el poder consolidar la educación sexual en el ámbito formal y que sea un factor protector en este tema que es la educación inclusiva.

Mónica Ratto: Dispositivo Mandela

Los desafíos para profundizar el trabajo en educación inclusiva tienen que ver con dos conceptos que son claves: accesibilidad y barreras. Con respecto a la accesibilidad, no estamos hablando solamente de la edilicia —es decir, que todos puedan entrar al edificio, y que es muy importante ya que hoy no tenemos muchos centros educativos con accesibilidad. Fundamentalmente nos referimos a la accesibilidad cognitiva, o sea a la accesibilidad metodológica, a las formas y los formatos con los que presentamos al estudiante la información con la que va a aprender.

Quizá sea muy gráfico pensar en esta accesibilidad cuando hablamos de un estudiante ciego o sordo, ya que sabemos que tenemos que presentar la información en braille o en lengua de señas, pero quizá no tengamos esta misma concepción cuando nos referimos a otros estudiantes con características no tan evidentes para el aprendizaje. En estos casos, tal vez tenemos que pensar en un trabajo por proyectos para que estudiante se apoye en aquello que es su fuerte y, paralelamente, poder apoyarlo para que logre desarrollar el dominio del área en la que no es tan fuerte. Por ejemplo, si ese dominio fuera el lingüístico, debemos apoyarlo para que progrese su aprendizaje en el lugar en el que se siente cómodo y procurar que no quede atrás en otras competencias que tiene que ir desarrollando.

Este ejemplo de la accesibilidad es uno de los elementos en los que es importante profundizar. Hoy prácticamente no trabajamos en torno a la accesibilidad y muchos estudiantes van quedando rezagados, excluidos de la posibilidad de aprender.

El otro concepto clave es el de barreras. No trabajamos con la accesibilidad porque el sistema educativo tiene muchas barreras. Las más importantes son las barreras conceptuales que tenemos los docentes. Miramos al otro como portador de un problema, de una dificultad. Incluso cuando hablamos de barreras pensamos en la barrera que tiene el estudiante, hablamos de “estudiantes vulnerables”, y en realidad hay que hablar de “estudiantes puestos en una situación de vulnerabilidad” por el sistema educativo como parte de una sociedad.

Es la sociedad la que pone a todos los que son diferentes en la situación de tener que desarticular esas barreras solos, cuando en realidad se trata de una responsabilidad de todo el colectivo.