Enlaces - 2. ¿Cómo se pueden promover prácticas educativas en el aula y en el centro educativo en clave de educación inclusiva?

Viviana Linale: CERESO

Desde el Centro de Recursos para Estudiantes Sordos creemos que es muy importante fortalecer la participación, la autonomía y la convivencia, tener muchas estrategias que orienten al estudiante dentro de la institución. Por ejemplo, tener en cuenta el aprendizaje ubicuo, en el entendido de que cada elemento dentro de la institución y dentro del aula fortalece el aprendizaje de los estudiantes.

Además es importante tener en cuenta los estilos de aprendizajes, ya que todos los estudiantes tienen diferentes estilos. Sobre todo, se deben fortalecer las estrategias de los docentes, que tengan en cuenta que los estudiantes tienen distintas formas de representación —aprenden distinto—, de expresión y de impacto, todos nos impactamos de formas diversas.

En cuanto a los recursos, sería importante tener una ruta de aprendizaje, ya sea en el aula o en las aulas virtuales, lograr que cuando el estudiante ingrese no se sienta perdido, que sepa exactamente a dónde tiene que ir, qué va a suceder después, cómo se va a evaluar.

Tiene que haber una gran coherencia entre lo que se enseña y cómo se evalúa. Si enseñamos un contenido, debemos evaluarlo coherentemente, teniendo en cuenta todos los elementos que utilizamos. También sería importante contar con elementos de evaluación como la metacognición para que los estudiantes sean capaces de evaluarse en la escalera y sean conscientes de los aprendizajes que van adquiriendo.

Beatriz Santiago: CeR

Esa es una de las dimensiones que tiene la educación inclusiva, una premisa: promover las prácticas en el aula y en el centro educativo. ¿Cómo? Sensibilizando y formando a los actores educativos sin olvidar que también los estudiantes y las familias son actores fundamentales en esto que llamamos “educación inclusiva”. Todos juntos, en equipo, tratando de formar, de capacitar y de escuchar todas las voces. Creemos que eso hace a una buena práctica áulica y a un buen centro inclusivo.

Verónica Salomone: DIE

Pensamos en dos dimensiones: una tiene que ver con darles la bienvenida a los estudiantes y a las familias en forma hospitalaria desde el centro educativo; la otra implica implementar prácticas educativas inclusivas en el aula, pensando en planificaciones diversificadas que admitan la diversidad de intereses y gustos de nuestros estudiantes.

Patricia Pivel: Comisión de Educación Sexual

Partiendo de la educación como un derecho humano, tenemos que considerar que debemos transversalizarla por la diversidad sexual y el género. Trabajar desde esas perspectivas permite generar una educación inclusiva.

¿Cómo lo hacemos? Procurando que en nuestras prácticas cotidianas se visibilice el género en todas las personas, desde un lenguaje que incluya a todos y todas, desde nuestras prácticas en el aula y sin reforzar estereotipos de género.

En cuanto a la diversidad, podemos trabajarla en el aula fomentando el respeto por la identidad con la que cada estudiante se autopercibe y también haciendo valer la legislación vigente en todos los aspectos, de forma tal que puedan autoidentificarse con el nombre con el que se reconocen, incluir baños que puedan ser genéricos y atender las distintas situaciones que están viviendo los estudiantes.

Mónica Ratto: Dispositivo Mandela

Tienen que cambiar algunos aspectos para la promoción de las prácticas de enseñanza inclusiva. Desde la concepción del equipo de trabajo del dispositivo Mandela, la formación en los centros de formación docente es fundamental, ya que si bien esta perspectiva forma parte de uno de los lineamientos de las políticas que se impulsan desde el Codicen en el Plan de Desarrollo 2020-2024, los docentes no hemos recibido la formación que nos permita trabajar en esta concepción.

Por ejemplo, se debe formar en torno a la construcción de una planificación de aula. Desde los centros de formación, los docentes construimos la misma planificación para todos. Sin embargo, tienen que realizarse planificaciones diversificadas, es decir, ofrecer a cada estudiante —o a las distintas características de los estudiantes— formas diversas para que puedan construir sus aprendizajes.

En los liceos con dispositivo Mandela, ese trabajo lo llevan adelante las tutoras Mandela, que constituyen uno de los elementos esenciales para esta transformación, en articulación con los profesores. Pero también los directores y los inspectores que habilitan y apoyan este trabajo son esenciales, porque sin ellos no es posible construir una educación inclusiva. Se trata de un trabajo en equipo, en conjunto y no un trabajo individual. Es un enfoque que hace sentir la responsabilidad en el colectivo, en lugar de centrarla en el estudiante.