Un ejemplo del trabajo en clave de educación inclusiva

María Eugenia Rodino: CERESO

Desde la década del 90 los estudiantes sordos tienen acceso a la educación media desde una concepción bilingüe, en el entendido del español escrito y la lengua de señas como lenguas hegemónicas que están dentro de los procesos educativos de esta población en el aula.

Creemos que, dentro de estas prácticas, es muy necesario no solo la presencia de un intérprete y que se dé en la simultaneidad esta convivencia y este contacto entre las dos lenguas, sino también que los estudiantes puedan estudiar en su propia lengua, que puedan contar con contenidos en lengua de señas y en español, con contenidos bilingües que les permitan el acceso a la misma bibliografía que va a trabajar el resto de sus compañeros.

En este sentido, creemos que un aspecto muy importante que tiene la Dirección General de Educación Secundaria es el desarrollo de contenidos accesibles para los estudiantes pensados desde múltiples miradas: desde la lengua de señas, desde el español, pensados para ser digitalizados y para que ese material a su vez pueda tener acceso a través de lectores de pantalla. Un material pensado en un diseño universal, que se pueda atravesar y que cada estudiante pueda hacer su propio recorrido.

No queremos decir con ello que se empobrezca el texto, la textualidad, sino todo lo contrario. Significa que ese texto pueda ser accesible a poblaciones migrantes que están dentro de los centros educativos, por ejemplo, y que puedan acceder al mismo material que se trabaja en clase, sin perder la singularidad de cada estudiante.
Creo que una de las potencias más grandes que tiene la DGES es contar con un centro que desarrolle materiales para todos los estudiantes, que el docente pueda entrar a una página web, seleccionar o pedir su material y que este pueda ser trabajado por todos. No se trata de un material diferenciado para un estudiante en particular, sino que el mismo se encuentra en múltiples formatos, en diferentes lenguas y todos lo pueden abordar a través de diferentes vías de comunicación, según los estilos de aprendizaje.

Desde esa concepción nos posicionamos para pensar en que estas prácticas sean realmente efectivas para los estudiantes.

Beatriz Santiago: CeR

Nuestros ajustes y apoyos están destinados a la discapacidad visual propiamente dicha, porque si bien la educación inclusiva identifica situaciones de vulnerabilidad y no solo de discapacidad, nosotros somos un centro que trabaja con personas con discapacidad visual. Sin embargo, los apoyos que realizamos sirven para todos.
Concretamente, esta semana me pidieron tramitar una computadora con lector de pantalla para un estudiante que ve perfectamente, pero que aprende escuchando, y se hizo sin problema. Lo mismo pasa con los otros ajustes que hacemos, que son a veces texturizados o maquetas en 3D que no solo le sirven a la persona que no ve, que necesita cambiar el canal de información por el tacto, sino que a otros estudiantes les queda mucho más lo que es el aprendizaje y lo que quiere llegar el docente de aula.

Si voy a remontarme en otra actividad de educación inclusiva, puedo citar la exposición de Manos que Miran, que es conocida por todos y ganó el Premio de Derechos Humanos, porque justamente implica acercar al arte a todos, con visión y sin visión. Me parece que tenemos bastantes ejemplos de prácticas inclusivas dentro del Centro de Recursos.

Verónica Salomone: DIE

Desde el Departamento Integral del Estudiante podemos compartir como una experiencia de educación inclusiva lo que tiene que ver con una metodología de trabajo e intervención en clave DIE. Se trata de un trabajo en equipo, un trabajo en equipo regional, un trabajo en equipo con los integrantes o profesionales del DIE que van a los liceos a intervenir y que proponen también el trabajo en equipo con los actores de la comunidad y del centro educativo, con las familias y con el propio estudiante. Un trabajo en equipo en el que todos se sientan parte y colaboren en un enfoque lo más multidisciplinario o multiprofesional posible.

Patricia Pivel: Comisión de Educación Sexual

En el sistema educativo de enseñanza media tenemos la figura del profesor/a referente de Educación Sexual que trabaja dentro del aula en la transversalidad con otros docentes de las distintas asignaturas. Desde ese lugar, se hacen experiencias de trabajo en las perspectivas de derechos, género y diversidad y también se promueve lo relativo a la legislación de la salud sexual y reproductiva.

También se trabaja en las coordinaciones con las/os docentes, promoviendo esta información y favoreciendo la incorporación de las/os docentes de forma tal que la institución educativa sea una institución amigable, respetuosa de los derechos y constructora de ciudadanía. Se trabaja en los protocolos vinculados a la prevención o a la detección de situaciones de violencia. Se trabaja con todo lo que tiene que ver con la promoción de vínculos afectivos libres de violencia, en especial en los vínculos entre las/os adolescentes, entre otra serie de experiencias que se realizan.

Mónica Ratto: Dispositivo Mandela

Desde el equipo de trabajo Mandela, el foco está puesto en el trabajo del colectivo docente, del centro educativo y desde el sistema educativo. Por lo tanto, cuando pienso en algún ejemplo de trabajo exitoso en prácticas de educación inclusiva no pienso en estudiantes, pienso en colectivos docentes, porque lo que tiene que cambiar para apoyar la construcción de los aprendizajes de los estudiantes son los equipos docentes.Pienso en los ocho liceos Mandela, en el trabajo que hacen esos colectivos para trabajar en clave de planificación diversificada, es decir, pensar una planificación de aula en la que entren todas las características de nuestros estudiantes, presentar bajo distintas formas y formatos la información para la construcción de los conocimientos.A su vez, presentar distintas formas de evaluar y tener en cuenta los diferentes tiempos y ritmos que tienen nuestros estudiantes para que esas evaluaciones sean también en tiempos y ritmos diversos. Pensar en términos de competencias, de progresiones de aprendizajes, ese es el trabajo que hacen en este momento los ocho liceos que tienen el dispositivo Mandela.Pienso que ellos también trabajan en red entre liceos, intercambian experiencias, debaten, construyen de una manera interdisciplinaria el conocimiento, no piensan a los estudiantes desde lo que no pueden hacer, sino que se posicionan desde sus fortalezas y trabajan con aquello que todavía no están pudiendo desarrollar para lograr que progresen y se coloquen en un nivel de egreso al final de su trayectoria educativa.Básicamente, apuestan a que todos y todas pueden. Y en equipo, trabajando en red con otros liceos, intercambiando experiencias, buscan la manera de generar la oportunidad y el cambio necesario para que los estudiantes tengan la oportunidad no solo de estar integrados en el centro educativo, sino de estar aprendiendo lo mismo que todos.